VICTOR ZAMMIT
Un abogado presenta el caso de las otra vida

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11.
Helen Duncan

‘Los hechos a menudo lucen increíbles sólo porque estamos mal informados, y dejan de parecer maravillosos cuando nuestro conocimiento se expande.’
Sir Francis Bacon


Helen Duncan fue una magnífica médium de materialización, escocesa de nacimiento, y una de las mujeres más importantes en la historia psíquica.

A su historia le concedemos un capítulo en este libro porque:

• el gobierno británico indirectamente reconoció su don de materialización como genuino—por eso ella fue considerada como un ‘riesgo para la seguridad nacional’ durante la guerra

• la traición de un par de intrusos, que sirvieron de testigos claves por parte de la acusación durante el juicio a Helen Duncan, produjo uno de los resultados más infames e injustos en la historia legal británica, hasta ahora no rectificado

• cuarenta y un testigos de la mayor credibilidad, incluyendo a un teniente coronel de la Real Fuerza Aérea, afirmaron bajo juramento durante el juicio que Helen Duncan era una médium de materialización genuina, explicando en detalle sus experiencias psíquicas con ella. Muchos abogados de mayor edad y oficiales comandantes dijeron, cuando fueron interrogados, que ‘eso era un caso único’

• el Secretario Británico de Asuntos Internos tiene hoy el poder de remediar la situación, aunque en retrospecto, y de exonerar a una de las médiums más poderosas de la historia.

Durante la II Gran Guerra, en enero de 1944, el almirantazgo británico decidió que no podía permitir que Helen Duncan, una médium muy dotada, continuase materializando inteligencias de la vida póstuma que revelaran información que el Ministro de Defensa consideraba muy secreta. Era un tiempo muy crucial durante la Segunda Gran Guerra inmediatamente antes de la invasión de Normandía.

Durante los años de la Guerra Helen Duncan reunió a muchos parientes acongojados con sus difuntos, los que habían ‘muerto’ en el servicio militar. En una de tales sesiones en Portsmouth en 1941, un marino fue materializado frente a su madre. Él le dijo a los participantes que su barco, el HMS Barham, había sido hundido recientemente. Maurice Barbanell, el editor de Psychic News, inocentemente telefoneó al almirantazgo británico para preguntar si eso era cierto, y si lo era por qué el Almirantazgo no le había notificado a la madre la pérdida de su hijo. La inteligencia militar se puso furiosa porque, por razones de seguridad y de moral pública, la noticia del hundimiento había sido callada y clasificada como de máximo secreto.

La Seguridad Nacional pensó que una médium del calibre de Helen Duncan podría muy fácilmente echar mano de cualquier información por muy secreta que fuese: donde los Aliados iban a desembarcar en Europa el ‘Día D’. Uno puede muy bien entender la preocupación del Almirantazgo por mantener en secreto un evento tan importante.

Pero lo que uno no puede entender es la forma como el Almirantazgo trató a una mujer tan vulnerable, pues mantenía a seis hijos y a un esposo discapacitado, encarcelándola durante nueve meses, lo que dio pie a que su familia fuera desalojada del domicilio familiar. La forma como conspiró el Almirantazgo para deshacerse de ella fue indignante, immoral, inescrupulosa y violó todo derecho humano y legal de un ser humano que lo único que hacía era ayudar a que la gente se comunicase frente a frente con sus seres queridos que habían ‘muerto’ y que estaban viviendo en la vida póstuma.

Helen Duncan fue arrestada en enero de 1944, y acusada inicialmente de vagabundería; posteriormente le forjaron un cargo de mediumnidad fraudulenta y la sentenciaron a nueve meses de prisión. De acuerdo con la BBC (en-línea, 2001) ella fue visitada en la cárcel por Winston Churchill quien, horrorizado por lo que había sucedido, prometió abolir el Acta de Brujería (Witchcraft Act) bajo la cual la habían condenado. Él cumplió su promesa y, después de la Guerra, el Espiritualismo fue aprobado como una religión legal en el Reino Unido.

En una ‘corte canguro’ el acusado es culpable desde antes de que comience el juicio. Inevitablemente no hay proceso, ni defensa verdadera, ni imparcialidad, ni igualdad, ni justicia. Procesalmente, el testimonio de los testigos del acusado no es aceptado, y no se da al acusado el derecho a defenderse. La acusación se convierte en una turba de linchamiento y la violación de la justicia natural es deliberada, evidente y se ejecuta con extremo prejuicio. Por supuesto, no hay derecho a apelación.

Eso es exactamente lo que le pasó a Helen Duncan:

• el informante que se ‘quejó’ a la policía para que acusaran a Helen Duncan fue identificado como un oficial naval empleado por el Almirantazgo

• la policía atacó por sorpresa a Helen Duncan en una sesión mientras estaba en trance, esperando encontrar sábanas blancas, barbas postizas, y otra parafernalia rudimentaria para impersonar a los espíritus. No encontraron nada. No había absolutamente ninguna evidencia de que se estuviese perpetrando un fraude.

• la policía usó ilegítamamente, y a sabiendas, la presunción de fraude con brutal violencia física contra una pobre mujer espiritual e indefensa dando servicio a la comunidad mientras estaba en trance

• el Admiraltazgo había decidido ‘guardarla’ asegurándose de que fuera acusada de algo que mereciese una sentencia de prisión

• después de cambiar los cargos varias veces la policía preparó un cargo inventado contra Helen Duncan amparada en una ley arcaica establecida mediante el Acta de Brujería del Rey George II de 1735?aprobada cuando quemaban a las ‘brujas’ en Europa.

• la policía presentó el caso ante el Old Bailey {principal tribunal criminal de Londres}donde los admiradores de Helen Duncan pudieron haber alegado que un juez ultraconservador y subordinado, y un jurado dócil habían sido seleccionados especialmente por su servilismo y su aceptación a priori que la acusada sería encontrada culpable de los cargos que se le hiciesen

• Helen Duncan fue denegada técnicamente del debido proceso legal, denegada de la Justicia Natural, denegada del derecho fundamental a defenderse apropriadamente demostrando que era una médium

• Helen Duncan de nuevo fue denegada de la justicia natural, de la equidad constitucional, y fue denegada de imparcialidad y de otros derechos para demostrar que la materialización era una realidad—la misma Corona la había acusado criminalmente de fraude alegando que la materialización no podía ser verídica

• puesto que Helen Duncan debía ser encarcelada, sin importer quien la defendiera, la situación era un fait accompli— ya había sido condenada desde antes que el juicio comenzase. Cualquier persona con experiencia en trabajos con razonamiento criminal de elevado nivel concederá inmediatamente que esto es cierto

• las Sociedades Legales Inglesas y Escocesas juntas, y separadamente, expresaron su disgusto por el abuso y la ‘parodia de la justicia’ seguidos en la tragedia criada a Helen Duncan por los cobardes y violentos burócratas que causaron incontables daños a una persona tan espiritual

De las circunstancias que rodean el juicio de Helen Duncan, se sigue que:

• Helen Duncan habría sido ignorada completamente si el Gobierno no hubiera aceptado totalmente el don de comunicación con la vida póstuma de Helen

• con su acusación, el Gobierno Británico aceptó que la materialización era una realidad y que Helen Duncan lo había probado con la materialización del marino y de otros

• con su conducta, el Gobierno también había aceptado que era posible que las inteligencias en la vida póstuma pasaran información a los vivos

• por las razones anteriores el Gobierno NO le concedió libertad bajo fianza a Helen Duncan en una acusación tonta, inventada y arcaica. Aún a los asesinos les concedían libertad bajo fianza en tiempo de guerra, pero no a alguien con el genuino poder de la mediumnidad.

• Helen Duncan, ‘un riesgo para la seguridad’, tenía que ser ‘guardada’.

De tremendo significado:

• cuarenta y un testigos llegados de todo el mundo juraron, durante el jucio que le seguían, que se habían encontrado con sus seres queridos en sesiones de materialización con Helen

• esto significó para la posteridad que, en el Old Bailey, los testigos altamente acreditados afirmaron en términos muy claros, bajo juramento, de sus propias experiencias, la realidad de la materialización por haberse reunido con sus seres queridos

• ninguno de los testigos de la defensa pudo ser ‘quebrantado’ durante el contra interrogatorio

• es irrelevante que los miembros del prejuiciado jurado hayan aceptado o no los testimonios. El hecho es que numerosas personas altamente acreditadas tuvieron el valor de decirles a los líderes del establecimiento que estaban cometiendo graves errores de juicio. Ellos fueron a corte y dijeron ‘la verdad, toda la verdad y solo la verdad’ acerca la realidad de la materialización y como habían encontrado a sus seres queridos por la mediumnidad de materialización de Helen Duncan

• el caso por parte de la corona consistía de la presunción de que Helen Duncan, o un cómplice suyo, hacía todas esas 'materializaciones' cubriéndose con sábanas y usando barbas postizas o pelucas, etc. Pero cuando la policía invadió su session estando en trance y produciendo materializaciones, no encontró sábanas, ni barbas postizas, ni pelucas, ni cómplice —ninguna evidencia de fraude en absoluto.

Cuatro testimonios (de cuarenta y uno) de los testigos por la defensa

• Jane Rust, enfermera, testificó bajo juramento en el Old Bailey, entre otras cosas, que a través de Helen Duncan se había encontrado con un ser querido de nuevo —su esposo quien estando ya en la vida póstuma se había materializado y la había besado. Dijo “Nunca en mi vida he estado más segura de nada”. Dijo que había investigado durante 25 años como escéptica pero que solamente cuando conoció a Helen Duncan pudo encontrarse realmente con sus seres queridos, incluyendo a su madre quien ya había ‘cruzado’ (Cassirer 1996: 68).

• Un alto official de la Fuerza Aérea, el teniente coronel George Mackie, dijo bajo juramento que mediante el don de materialización de Helen Duncan había encontrado con sus ‘difuntos’ padre, madre y hermano. (Cassirer 1996:72, 115).

• James Duncan, (ningún partentesco) un joyero, testificó que él y su hija habían visto materializarse a su esposa en ocho ocasiones diferentes, con buena luz. Duncan la vió a unos 45 cm de distancia y hablaron de asuntos domésticos, incluyendo los planes de emigración a Canadá que habían mantenido en secreto. Él no tenía, dijo, ni sombra de duda de que la voz era de su esposa. Adujo también haber visto materializaciones de su padre—quien era de su misma altura y de barba— y de su madre (Cassirer 1996:103).

• Mary Blackwell, Presidenta de la Sociedad Espiritualista Pathfinder de la Calle Baker, Londres, testificó que había asistido a más de 100 sesiones de materialización con Helen Duncan, en cada una de las cuales se materializaron 15 o 16 entidades de la vida póstuma. Testificó que había presenciado a las formas de los espíritus conversando con sus parientes en francés, alemán, holandés, gales, escocés y árabe. Afirmó haber visto la materialización de diez de sus parientes cercanos incluyendo a su esposo, a su padre y a su madre, a quienes vió de cerca y tocó (Cassirer 1996: 87).

Algunos años más tarde un equipo de magos encabezados por William Goldston—fundador del Club de Magos—llevó a cabo una sesión experimental con Helen Duncan. Goldston y sus colegas se quedaron maravillados cuando uno de sus difuntos amigos, el mago “El Gran Lafayette' se materializó y les habló con su propia voz. Goldston escribió un informe del evento para The Psychic News en el cual confirmó que la mediumnidad de Helen Duncan era genuina y que ningún mago podría duplicar los fenómenos que sus colegas habían presenciado (Roll 1996b:Part 3 Contemporary Materialisation Experiments).

Muerte de Helen Duncan

En 1956, la Policía de Nottingham invadió una sesión de espiritismo que daba Helen Duncan. La policía llamó a la puerta de la casa particular sin mandamiento de registro, siguiendo la presunta denuncia de dos oficiales que habían asistido previamente a una de sus sesiones. La policía tenía conocimiento técnico de que la materialización usualmente es conducida en semioscuridad y que si las luces son encendidas de repente, serios daños, incluso la muerte, pueden ocurrirle a la médium. Cuando fueron admitidos dentro de la casa ellos agarraron lo que había en el escaparate de la médium, capturaron a la médium y tomaron fotos con flash.

La premeditada invasión le produjo la muerte a Helen Duncan cinco semanas después. Las circunstancia que rodean a este evento ameritan una investigación oficial puesto que:

• la policía actuó fuera de su jurisdicción y de su autoridad

• la policía tenía conocimiento de que alguna materialización se llevaba a cabo

• la policía de Nottingham actuando con premeditación, con alevosía, deliberada e intencionalmente le causó choque, daño, sufrimiento, y últimamente la muerte a Helen Duncan

• la policía actuó con indiferencia temeraria, con prejuicio extreme y usó violencia excesiva e innecesaria contra un grupo de personas que participaban de un servicio religioso legal; los participantes fueron retenidos e interrogados por más de noventa minutos después de la irrupción

• el asalto policial NO encontró ninguna evidencia para condenar a Helen Duncan o a ninguno de los presentes de ofensa alguna.

Sin duda, los dones únicos de Helen Duncan que probaron la supervivencia, y sus servicios a la comunidad la hacen una de las mujeres más importantes en la historia psíquica.

La campaña por el perdón

Considerando los inquietantes hechos relevantes, los que no se disputan, el tema crucial es cómo el gobierno británico puede mostrar al mundo que tiene un fuerte sentido de justicia, equidad e imparcialidad ?aún si le toma cincuenta años para corregir un error mayúsculo.

El gobierno británico tiene que mostrar que su sentido de justicia es, en todo tiempo, diferente del régimen nazista de Hitler y del régimen comunista de Stalin. Consecuentemente, los británicos tienen que exonerar completamente a Helen Duncan, y pedir disculpas por la persecución que culminó con su muerte. Creo que este es un tema para el gobierno británico. Solamente como último recurso deberá haber una petición mundial a favor de Helen Duncan.

Alternativamente el asunto podría llevarse a la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para otorgamiento. No obstante algunos problemas técnicos menores de tiempo y de jurisdicción, podría hacerse una petición para que el asunto sea ventilado. Existen precedentes en la Comisión de Derechos Humanos de las Nacioes Unidas de sobreseimiento de decisiones de la Corte Inglesa. Esto es porque la Gran Bretaña formalmente se subordinó juridiccional y jurisprudentemente a la Comisión Europea de Derechos Humanos de la ONU.

Aún si el Gobierno y las Naciones Unidas no reaccionan, podría haber una exoneración simbólica por un grupo que represente a la gente interesada de todo el mundo en el lugar de nacimiento de Helen Duncan. Podría erigirse una estatua o colocarse una placa dedicada a esta mártir psíquica moderna y a todas las pasíquicas genuinas y a otros médium que durante siglos han demostrado la supervivencia repetidamente y que han sido perseguidos por las fuerzas de la ignorancia y de la oscuridad.

Esto es porque la trama para encontrar culpable a Helen Duncan bajo la arcaica Acta de Brujería y su brutal asesinato son tan gravosos como la injusticia de juzgar a Juana de Arco como bruja. Si la muy conservadora Iglesia Católica Romana liberó a la psíquica Juana de Arco de toda culpa, así puede el Gobierno Británico prestar una página del Vaticano y exonerar totalmente a Helen Duncan.

El Secretario del Interior Británico y las Cortes tienen hoy en día el poder para remediar la situación, a pesar que lo harían en retrospecto, y de exonerar totalmente a una de las mujeres más importantes de la historia. Para mayor información acerca de la campaña para que a Helen Duncan le sea otorgado un perdón póstumo ver la página oficial para Helen Duncan: Helen Duncan home page.

[http://www.helenduncan.org.uk//].

 

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25th April 2011
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